Ministerio de Música Vox Coeli | Lamentos de las Benditas Almas del Purgatorio (Canto) @VoxCoeli | Uploaded 2 years ago | Updated May 08 2024
LAMENTOS DE LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO
Arreglos Musicales: Enrique Grajales H. & Ministerio Vox Coeli
Mim Sim Sol Fa#
Oíd mortales piadosos y ayúdanos a alcanzar
Re La7 Sol Re
R. Que Dios nos saque de penas y nos lleve a descansar
Re La7 Sol Re
Que Dios nos saque de penas y nos lleve a descansar
Sim La7 Sim La7
¡Oh vosotros caminantes! Suspended, oíd, parad.
Sim La7 Sim La7
Bastará solo el irnos a mover nuestra piedad:
Mim Sim Sol Fa#
hoy pide nuestra aflicción que queráis cooperar.
No hay dolor, tormento y pena , martirio, cruz, ni aflicción.
Que aun llegue a ser pintura de nuestra menor pasión;
solo alivian nuestros males, de nuestro amor esperar.
Aquí estoy en purgatorio, de fuego en cama tendido,
siendo mi mayor tormento la ausencia de un Dios querido.
Padezco mi merecer por mí no basto alcanzar.
Ay de mi ¡Dios severo! ¡ay llama voraz siempre activa!
¡ay bien merecido fuego! ¡ay conciencia siempre viva!
¡Ay justicia que no cesa! ¡Ay cuando se ha de acabar!
¡ay culpa lo que me cuestas! No imaginé tu fiereza.
Pues con tal tormento pago lo que juzgue ligereza:
cielos piedad, baste cielos. Cuando el día ha de llegar.
Todo lo que aquí padezco, es justo, santo y debido.
Pues no se purga con menos, haber a un Dios ofendido,
¡Ay que puedo no ofrecerle! Ay que no hay más que esperar
Padres, hermanos y amigos: ¿Dónde está la caridad?
¿Favorecéis a un extraño y para mí no hay piedad?
En vengan una limosna, Siquiera sólo el rogar.
Hijo ingrato que paseas tan ricamente vestido,
y acosta de mis sudores descansas en tanto olvido.
Mira a tu padre quemando, y le puedes remediar.
Quizá en ti no sea arbitrio, sí obligación de justicia,
pues no cumples testamentos. Aquí estoy por tu malicia:
abre los ojos despierta, paga haciendo acelerar.
Hermanos en Jesucristo: los que oís estos suspiros,
si queráis podéis sacarnos de estos lóbregos retiros.
A la Virgen y a los Santos pedidles, quieran remediar.
De Getsemaní en el campo, sangre suda el Redentor.
Contemplando de estas penas, su gran tormento y rigor.
Al Padre Eterno le ofrece, no cesando allí de orar.
A vista de tal piedad, no te olvides Oh! Mortal,
de este pío Campo Santo, cementerio de hospital:
llegue, pues, la cofradía que tierna te insta clamar
Atiende y mira cristiano, que en aquí este cementerio
tal vez tu padres y deudos esperan de ti el remedio:
Sufragios y sacrificios te suplican sin cesar.
LAMENTOS DE LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO
Arreglos Musicales: Enrique Grajales H. & Ministerio Vox Coeli
Mim Sim Sol Fa#
Oíd mortales piadosos y ayúdanos a alcanzar
Re La7 Sol Re
R. Que Dios nos saque de penas y nos lleve a descansar
Re La7 Sol Re
Que Dios nos saque de penas y nos lleve a descansar
Sim La7 Sim La7
¡Oh vosotros caminantes! Suspended, oíd, parad.
Sim La7 Sim La7
Bastará solo el irnos a mover nuestra piedad:
Mim Sim Sol Fa#
hoy pide nuestra aflicción que queráis cooperar.
No hay dolor, tormento y pena , martirio, cruz, ni aflicción.
Que aun llegue a ser pintura de nuestra menor pasión;
solo alivian nuestros males, de nuestro amor esperar.
Aquí estoy en purgatorio, de fuego en cama tendido,
siendo mi mayor tormento la ausencia de un Dios querido.
Padezco mi merecer por mí no basto alcanzar.
Ay de mi ¡Dios severo! ¡ay llama voraz siempre activa!
¡ay bien merecido fuego! ¡ay conciencia siempre viva!
¡Ay justicia que no cesa! ¡Ay cuando se ha de acabar!
¡ay culpa lo que me cuestas! No imaginé tu fiereza.
Pues con tal tormento pago lo que juzgue ligereza:
cielos piedad, baste cielos. Cuando el día ha de llegar.
Todo lo que aquí padezco, es justo, santo y debido.
Pues no se purga con menos, haber a un Dios ofendido,
¡Ay que puedo no ofrecerle! Ay que no hay más que esperar
Padres, hermanos y amigos: ¿Dónde está la caridad?
¿Favorecéis a un extraño y para mí no hay piedad?
En vengan una limosna, Siquiera sólo el rogar.
Hijo ingrato que paseas tan ricamente vestido,
y acosta de mis sudores descansas en tanto olvido.
Mira a tu padre quemando, y le puedes remediar.
Quizá en ti no sea arbitrio, sí obligación de justicia,
pues no cumples testamentos. Aquí estoy por tu malicia:
abre los ojos despierta, paga haciendo acelerar.
Hermanos en Jesucristo: los que oís estos suspiros,
si queráis podéis sacarnos de estos lóbregos retiros.
A la Virgen y a los Santos pedidles, quieran remediar.
De Getsemaní en el campo, sangre suda el Redentor.
Contemplando de estas penas, su gran tormento y rigor.
Al Padre Eterno le ofrece, no cesando allí de orar.
A vista de tal piedad, no te olvides Oh! Mortal,
de este pío Campo Santo, cementerio de hospital:
llegue, pues, la cofradía que tierna te insta clamar
Atiende y mira cristiano, que en aquí este cementerio
tal vez tu padres y deudos esperan de ti el remedio:
Sufragios y sacrificios te suplican sin cesar.